Montse 47 años - Cruz Roja

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"Desde pequeña siempre tuve muy claro que quería dedicarme a un trabajo en el que pudiese estar en contacto con personas que necesitasen ayuda (…) Me inicié profesionalmente en el ámbito social trabajando con jóvenes y adolescentes en riesgo de exclusión social. También compaginaba mi trabajo con un voluntariado, haciendo de técnica de transporte sanitario y colaborando en preventivos de Cruz Roja. (…) Trabajar en el PADS me aporta mucho a nivel personal, aunque he de reconocer que a veces vivimos situaciones muy duras a nivel emocional en algunos domicilios. La soledad es la principal compañera de piso de nuestros usuarios, a la que a veces se unen la depresión, el estigma y las etiquetas que les adjudica una parte de la sociedad. Sociedad “ideal” que no es capaz de ver lo que sufre una persona adicta.

Mi trabajo me aporta autonomía, libertad, la suerte de poder dedicarme a algo que me gusta y sobre todo me permite acompañar a otros, a veces con un abrazo, otras con una sonrisa y muchas otras estando en silencio a su lado, porque a veces los silencios también hablan a través de las miradas. (…) Para ellos es importante saber que estamos ahí, sin juzgarles, sin ponerles etiquetas, haciéndoles ver que vale la pena el esfuerzo que hacen por tratar de estar bien."

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