De pequeña era una niña protestona y la adolescencia fue dura. No le gustaba pasar tiempo en casa y encontró en la psicología, las amistades y los voluntariados el lugar donde exprimir su motivación por ayudar y aprender.

María es una chica enérgica, extrovertida que se guía por la curiosidad y el querer entenderlo todo. Le cuesta quedarse tranquila sin hacer nada, pero reconoce que el yoga y el baile son sus aliados a la hora de parar y conectar con el cuerpo y el presente.
Le obsesiona la idea de luchar contra la desigualdad y especialmente los derechos de las mujeres migrantes. La pandemia le está sirviendo para reconciliarse con el hecho de estar en casa y aprender a ayudarse a ella misma como paso previo e imprescindible a cuidar a los demás.