Julia 53 años - Cruz Roja

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"Tuve una vida cómoda pero sencilla, en una familia considerada en aquel entonces clásica y normal. De familia numerosa, eso sí, que me enseñó de bien pequeña la necesidad de luchar y el gran valor de tener que compartir.

Me educaron en el esfuerzo del trabajo, la responsabilidad y la honradez, y en la cultura de la formación y el estudio cómo única herencia para poder ser alguien, o conseguir algo en esta vida.

Estudié medicina por convicción, por verdadera vocación y entusiasmo hacia la ciencia, el cuerpo humano y los enigmas de la enfermedad; y supongo que, analizando ahora íntimamente, por una necesidad innata de ayudar o aliviar en cierta manera el sufrimiento de los demás.

Los avatares de la vida me alejaron del mundo sanitario asistencial, para llevarme a la gestión en Cruz Roja. Al principio confundida y desubicada sin saber exactamente que aportaría esa institución en mí, o que aportaría yo en ella que pudiese ayudarme a desarrollar mi profesión, mis sueños y mi pasión.

Después de 26 años trabajando en Cruz Roja, puedo decir que quedé atrapada. Quedé atrapada en una telaraña tejida de humanidad, principios y lealtad.

Lealtad hacia las personas que más lo necesitan, a las personas más vulnerables que no pueden llegar al sistema sanitario y necesitan una perspectiva y una visión de la Salud acorde a su diferente y terrible realidad.

Es cuando el trabajo cobra sentido, cuando ves la repercusión en los demás."

 

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