Cristina 49 años

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Cristina vivía en un pueblo de Romania sola con sus 3 hijos, cuando conoció a una chica que le dijo que le podía encontrar trabajo en Barcelona como señora de limpieza en un restaurante. Cristina no tenía miedo al trabajo ni al esfuerzo así que decidió aventurarse y venir a luchar por el futuro de sus hijos. El hermano se quedó con los niños con la promesa de que Cristina enviaría dinero cada mes.

La chica que la ayudaría a encontrar trabajado le adelantó el dinero del viaje y del primer alquiler, pero al llegar la realidad era muy distinta de lo que ella se esperaba: su amiga no la había traído para limpiar restaurantes, si no que la metió en una red de tráfico de mujeres que durante 3 años la obligaron a prostituirse en las del Raval.

Le quitaron el pasaporte, la maltrataban siempre que no quería hacer algo y amenazaban de hacer daño a sus hijos. Como se quedaban con el 90% de lo que ganaba, Cristina no tenía dinero para enviar a su hermano, y sus hijos acabaron por creer que la madre los había abandonado y a día de hoy no se lo han perdonado.

 

Gracias a las ONG’s Cristina ha podido dejar la calle. Ha hecho varios cursos y ha trabajado de mediadora intercultural, pero un contacto le propuso “un plan” para ganar más dinero y más rápido…y Cristina ha sido condenada a una pena de 9 años por tráfico de droga. 

Al salir ha podido reconciliarse con su hermano que falleció de Covid 19 poco tiempo después.  

Hoy Cristina aspira a una vida tranquila, a poder encontrar un trabajo y volver a estar con sus hijos.

 

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